En la constante búsqueda por innovación y eficiencia en la agricultura, enfrentamos desafíos que requieren de soluciones precisas y accesibles. Uno de estos desafíos es el estrés hídrico en las plantas, un problema que puede afectar seriamente la productividad de los cultivos si no se maneja correctamente. En este contexto, surge la pregunta: ¿es posible detectar el estrés hídrico con independencia del vigor de la planta? Acompáñanos a explorar este interrogante y a entender cómo la tecnología nos permite enfrentarlo de manera eficaz.
¿Puede detectarse el estrés hídrico con independencia del vigor de la planta?
El mundo de la agricultura y la tecnología de precisión son campos llenos de desafíos y posibilidades. Una preocupación común entre quienes se acercan a estas tecnologías por primera vez es la precisión de las herramientas disponibles. ¿Son realmente eficaces? ¿Proporcionan información relevante y útil para el agricultor? En este artículo, vamos a explorar un caso en particular relacionado con el estrés hídrico y cómo su detección puede variar independientemente del vigor de la planta.
El desafío
El verano de 2022 trajo consigo récords de altas temperaturas en Extremadura, una región que normalmente no ve estos picos extremos de calor. Esta ola de calor supuso un desafío para los agricultores de la región, ya que la vigilancia de la humedad en sus cultivos se convirtió en una necesidad prioritaria.
Ante esta situación, muchos agricultores recurrieron a indicadores como el NDMI, que detecta los niveles de humedad en la vegetación usando imágenes de satélite. Sin embargo, notamos que dos variedades diferentes de cultivos mostraban un estado hídrico muy distinto según el NDMI. ¿La razón? El diferente vigor entre ambas variedades. La más vigorosa mostraba también una mayor humedad, lo que no necesariamente implicaba que sufría menos estrés hídrico.
La solución
Ante este reto, nuestro equipo de agronomía en HEMAV desarrolló el índice LWS (Layer Water Stress), un nuevo índice que, además de evaluar el nivel de humedad de la vegetación, tiene en cuenta el vigor de esta. Con el índice LWS, fue posible detectar el estrés hídrico con independencia del nivel de vigor de la planta. Este nuevo enfoque permitió una evaluación más directa y precisa de las variedades de cultivos.
Hacia un futuro sostenible
El índice LWS es más que una herramienta; es una vía para una agricultura más sostenible y eficiente. Al ayudar a los agricultores a detectar mejor los problemas relacionados con el agua, contribuimos a hacer un uso más eficiente y responsable de nuestros suministros hídricos. Y esto es crucial, ya que la agricultura es el mayor usuario de agua dulce, utilizando un promedio global del 70% de todos los suministros hídricos superficiales, según Hydrology and Earth System Sciences.
Con el objetivo de hacer que las herramientas de precisión sean cada vez más exactas, en HEMAV nos acercamos cada día más a una industria agrícola responsable y próspera.
El índice LWS juega un papel crucial al permitirnos centrarnos en aquellas parcelas que manifiestan signos de estrés hídrico. Gracias a los datos precisos que recogemos de los satélites, somos capaces de calcular un coeficiente de cultivo más exacto, y junto con las previsiones climáticas, podemos establecer un programa de riego más eficiente. Todos estos elementos se sintetizan en nuestro panel de asesoramiento sobre riego, una herramienta indispensable para nuestros clientes.

En resumen, el estrés hídrico es un desafío que requiere soluciones precisas y efectivas. Las herramientas y técnicas que desarrollamos y utilizamos tienen un impacto directo en nuestra capacidad para cultivar alimentos de manera sostenible y eficiente. A través de una mejor comprensión y manejo del estrés hídrico, podemos garantizar que nuestra agricultura es no solo productiva, sino también sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
Conclusión
En conclusión, el uso de herramientas de precisión como el índice LWS demuestra que es posible detectar el estrés hídrico con independencia del vigor de la planta. Este avance no solo mejora la eficiencia y la productividad en la agricultura, sino que también juega un papel crucial en la promoción de la sostenibilidad hídrica. Al ayudar a los agricultores a detectar y gestionar el estrés hídrico de manera más eficaz, podemos contribuir a un uso más responsable de nuestros recursos hídricos y a la creación de un futuro más sostenible para todos.
